Levine

Wednesday, May 24, 2006

Zizou el mago


Tiro Libre
Gregorio Jácome Moreno
A quien fue capaz de transformar un partido de futbol
en una metáfora literaria. Para Angel Fernández en memoria.
En el Mundial de Alemania hay que ver con una atención particular los juegos de Francia. Serán los últimos de uno de los mejores jugadores que han practicado este deporte. Se trata de Zinedine Zidane, un ejecutante del balón fuera de serie, un director de orquesta de música clásica, maestro en imponer y diversificar los ritmos del juego.
Calvo prematuro a Zidane le dicen el mago. Su magia no es la convencional de capa y sombrero, tiene sus raíces en las tierras beréberes del norte de Africa, sus padres pertenecen a la etnia Cabilia asentada en Argelia. Viajaron a Francia en donde nació su hijo Yazid Zinedine en un barrio periférico de migrantes en Marsella.
Debutó a los 17 años con el Cannes F.C. y a partir de ahí su carrera fue un rosario de títulos, los ha ganado todos. A Zidane lo empezamos a ver cuando lo contrató la Juventos en 1996, era el equipo de Del Piero y Di Livio, de Deschamps y Davids, de Vieri e Inzaghi. Con la vieja dama Zidane ganó en 1997 y 1998 los títulos de la Serie A del Calcio.
El mejor acto del mago Zizou es el del escapismo entre los marcadores, conduce el balón al área enemiga a paso semilento con una cadencia basada en quiebres de cintura. Su ritmo para driblar no es el de la samba como los brasileños sino el de un bailarín de música contemporánea.
Jorge Valdano lo describe mejor: "El único reloj que da la hora justa es el de Zidane. Tiene un panorama amplísimo; sabe cuando hay que tenerla y cuando hay que soltarla, sabe cuando hay que jugar en corto y cuando hay que jugar en largo, sabe cuando hay que tocar hacia los laterales y cuando hay que profundizar. En un fútbol donde la norma es chocar, Zidane siempre encuentra los caminos despejados. El disco duro que tiene en la cabeza parece juntar la historia del fútbol europeo y la del fútbol suramericano; el resultado es un juego universal".
Su palmarés continua. Con la selección de Francia ganó la Copa del Mundo del 98. Se tienen muy presentes aquellos dos martillazos de cabeza con los que mató a Brasil. Dos años después en la Eurocopa 2000 de Holanda volvió a salir campeón apuntalando la ofensiva. Ha sido designado tres veces FIFA World Player, en 98,2000 y 2002, así como Balón de Oro en 98.
Su único título que le faltaba por ganar era la Champion´s League. Ocurrió en mayo del 2002 en el Hampden Park de Glasgow. Zidane vestía de merengue. Real Madrid – Bayer Leverkusen, juego por demás aburrido si no es por el gol que metió Zidane de bolea para definir, aquella bella pieza fue una muestra de técnica y clase combinado con talento artístico.
El mago galo - beréber se marcha de los escenarios. Desde luego que echaremos de menos sus actos de ilusionismo traducidos en jugadas impensables, su estilo inconfundible, su calidad etérea.


Thursday, May 18, 2006

Olé Barsa



Tiro Libre
Gregorio Jácome Moreno

El Barcelona que ayer ganó la Champion´s League es una copia fiel de la Sagrada Familia de Gaudí: los pesos y las fuerzas siempre se desplazan en sentido vertical, cada torre, cada jugador, tiene numerosos elementos decorativos, complejos y originales, que en conjunto consolidan una estructura preciosa que pareciera salida de la tierra media. Si la Sagrada Familia es la cúspide de la arquitectura fantástica el Barsa de Rijkaard es la expresión más acabada del futbol fantástico capaz de desplegar múltiples opciones de gol por cualquiera de los ángulos que se mire.

Con esto quiero decir que el Barcelona imita al arte. Por tanto, la final de Saint Dennis debimos haberla apreciado con la mirada emocional de quien se entrega a la contemplación estética.

Quien así lo vivió habrá visto que enfrente se encontraba un digno rival, veloz y ordenado. Solo que el Arsenal es más parecido al gótico: su peso reside mucho en contrafuertes y arbotantes, es decir, trabaja mucho más las líneas de abajo y como ocurrió ayer, cede la iniciativa del juego al rival apostando a un contra ataque despiadado de Henry o a una jugada a balón parado en la cual, por ejemplo, Campbell pudiera rematar de cabeza.

Los Gunners trabajaron de maravilla la eliminatoria. No cualquiera deja fuera al Madrid, a la Juventus y de paso al Villareal. El portero titular de la selección alemán Lehmann venía imbatible pero esta vez no pudo contra la velocidad de Eto´o y se tuvo que ir pronto del partido.

Cuando el Arsenal se quedó con diez se fue todavía más para atrás y en el pecado llevo la penitencia, un torrente de metralla culé precedida por un concierto de paredes y pases al hueco sacudieron la línea de siete que mandó el técnico Arsene. La caída de los goles blaugranas solo era cuestión de tiempo. El sueco Larksson que entro de cambio puso sucesivos pases de gol a Eto´o y Belleti que definieron con la clase de la alta escuela.

Y así se cierra un capítulo más en la historia de la Champion´s, sin duda el torneo donde se ve el mejor futbol del mundo. Con una final empañada por el arbitro noruego Hauge pero que en todo momento mereció ganar el equipo Catalán.

Veo ahora una imagen en donde están Ronaldhino, Márquez, Deco, Giuly, Puyol, Belleti y demás subidos en un autobús descubierto festejando la victoria ante una multitud con bufandas azulgranas, me parece que van sobre las Ramblas con camino a Sant Jaume, el mismo lugar donde hace catorce años otro Barcelona, no el fantástico de ahora sino el de ensueño de Cruyff, festejó el primer título de Campeón de Europa. Sobre el autobús, al pie de los jugadores, se ve, deslumbrante, el cáliz sagrado con orejas grandes de los dioses.

Friday, May 12, 2006

Futbol: guerra y pasión




Tiro Libre
Gregorio Jácome Moreno

Carl Von Clausewitz decía que la política era la continuación de la guerra por otros medios quizá más pacíficos. Parafraseando al estratega alemán diría que el futbol es la expresión lúdica de la guerra representada sobre una cancha de pasto. Esta interpretación suele ser imperceptible al ojo de aficionado común, lo cierto es que durante los noventa minutos de juego más la prorroga se pueden apreciar en el funcionamiento de un equipo, escenificaciones de táctica elemental cuyo fin es conquistar la meta del contrario mediante el gol.

Cada jugador cumple una tarea según su posición, si no todo sería un caos al estilo del rugby. Hay quienes están dotados para defender y otros para atacar, hay quienes se mueven por las bandas y quienes juegan por el centro, jugadores que golpean y otros que son unas verdaderas damas. Y hay un excluido cuyas reglas son diferentes que las del resto: el portero permanece recluido en su área conteniendo bajo los tres postes los embates del enemigo.

Al igual que en el campo de batalla, las formaciones, claro, se pueden modificar según el gusto del entrenador o bien por las exigencias que presenta el rival y la misma dinámica del juego. Desde el clásico 4-3-3 al 5-3-2 actual. Aunque hay entrenadores que el papel anuncian tales cuadros, en la practica resultan tan defensivos que se puede ver un avaro 9 – 1. Juegan al contraataque.

En el futbol la posesión del balón es sinónimo de dominio territorial. Naturalmente siempre serán más vistosos aquellos equipos que propongan un juego ofensivo. Una vez iniciado un ataque este no debe cesar hasta liquidar al rival, eliminar sus puntos de referencia y destruir sus fuerzas de defensa. A la par del director técnico, lo optimo es que cada equipo cuente con un mariscal de campo dentro de la cancha que se encargue de organizar, disciplinar y liderar a los compañeros.

Como en la guerra, en el futbol no todo debiera ser tan mecánico, o no debiera serlo. Y es que predomina una tendencia en el futbol mundial a mantener un orden táctico rígido que rara vez se sale del script. Los técnicos debieran de darle más libertad a los jugadores, un artillero también puede ser utilizado como elemento de infantería. Por ello es que lucen tanto los jugadores que se atreven a ser diferentes. Digamos como Ronaldhino, Tierry Henry o Rooney que les gusta de improvisar sobre la marcha jugadas de ensueño. Son jugadores más cercanos a la poesía que al ensayo.

Por otra parte, los entrenadores de éxito no se limitan a llenar pizarrones con flechas y dar instrucciones. Hay quienes como Fabio Capello de la Juventus o José Mourinho del Chelsea que se dedican a hostigar a sus jugadores hasta sacarle lo mejor de sí, los torturan psicológicamente y los convierten en unos perfectos alienados que actúan al tronido de sus dedos. Semejante tiranía se traduce en títulos. Estos estrategas tienen en común que nunca jugaron al futbol, al menos de manera destacada. Sin embargo son expertos en la teoría aplicada del futbol e iniciados en el análisis meticuloso de las fortalezas y debilidades de sus contrarios.

Hay otras tantas similitudes entre la guerra y el futbol. Si aquella se refiere a la aniquilación bélica del enemigo y la toma de sus propiedades territoriales, el futbol se juega por mero ejercicio físico, por dinero y en el mejor de los casos por placer. También se juega para renovar los sentimientos de filiación en millones de personas. En todo el mundo se han incubado enemistades históricas entre los equipos locales. Son verdaderas batallas civiles. Los clásicos son la sal del juego. River Plate – Boca Junior´s, Inter – Milan, Real Madrid – Barcelona, Celtics – Rangers, América – Chivas. El resultado de estos partidos va más allá del juego convirtiéndose en un marcador colectivo. Quienes sufren la derrota son víctimas de la humillación del odiado rival y sus seguidores, en cambio, para quien triunfa siente como si hubiera aniquilado al enemigo y tomado sus propiedades.

Antes de cada partido los jugadores en el vestidor hacen todo un ritual comparado a los preparativos con que el soldado se dispone a entrar en batalla. A todo esto agregamos que cada equipo tiene un símbolo que funciona como icono representativo, también cuenta con unos colores que son sagrados y que tapizan el estadio cuando juegan de local. En la guerra y en el futbol son indispensables estas marcas de identidad para reconocer a los nuestros. A veces al aficionado no le basta con que su equipo juegue bien, toque el balón por todo el campo y sea constante en sus aproximaciones de peligro. Lo que realmente importa en el futbol es el gol, no encuentro mayor exaltación catártica humana que el ese festejo esperado desde el inicio del juego, cuando el gol cae, una horda de aficionados llega al éxtasis extremo y agita en todo lo alto las banderas como muestra de que los suyos han ganado una batalla, una más de la interminable guerra lúdica que es el futbol.

Monday, May 08, 2006

Pasión por el futbol


Tiro Libre en red se renueva con imagenes ilustrativas, esto es tan solo una prueba.

Thursday, May 04, 2006

Futbol, pasión y tango

Tiro Libre
Gregorio Jácome Moreno

No conozco otro país en donde el futbol se viva con tal dosis de pasión que en Argentina. Contrario a la melancolía del tango, el futbol en aquel lugar constituye una realidad aparte, una fiesta, en el cual los colores de los club´s y de la albiceleste han adquirido el adjetivo de sagrados.

El resultado de un equipo se refleja en el estado de ánimo de sus seguidores durante una semana. Si se pierde, estarán con la cabeza baja y con el alma desgarrada. Si se gana, afrontaran la vida con una actitud positiva y alegre. A ese grado de influencia.

Es imposible hablar racionalmente de futbol con un argentino. Fieles a su orgullosa naturaleza no admiten otra verdad que la suya, llevan la intolerancia y el fanatismo a los extremos. Así entendemos los constantes brotes de violencia en las tribunas y en el campo. Jamás admitirán la superioridad deportiva del rival y es imposible que reconozcan de buen talante una derrota.

Los antropólogos y sociólogos se han dado vida estudiante tales fenómenos sociales y conductuales de fanatismo futbolero (lo cual no es privativo de Argentina, en otros países también lo hay, solo que no con el énfasis de los sudamericanos). Allá no hay necesidad de un dispositivo mediático para encender la pasión de un clásico Boca Junior´s – River Plate. La pasión desbocada por el futbol es inherente a su espíritu.

El origen de las “barras bravas” en América es argentino. Un cierto sector de los aficionados emulando el ritual religioso comenzó a entonar cánticos a favor de su equipo, lo mismo que a pintarse el rostro con sus colores, a encender bengalas en la tribuna y a incendiar las banderas contrarias. Las barras llegan al estadio cantando y cantando se van, en sus odas se transmite el amor incondicional a su equipo y de ser posible siguen a su equipo donde quiera que vaya.

Hablar del clásico Boca – River exige un artículo completo, en el Monumental o en la Bombonera se escenifican duelos a muerte y sin contemplaciones, un clásico en toda la acepción del la palabra. Son dos equipos de abolengo acostumbrados a ganarlo todo.

Cabe decir que si los aficionados argentinos son apegados en demasía a su club, los jugadores no lo son tanto: en su mayoría emigran a países con mayor proyección o con mejores sueldos, el salario de un futbolista en Argentina esta más que devaluado. Argentina junto con Brasil son los mayores exportadores de piernas, mediocres unas exquisitas otras.

El primer Mundial que seguí fue el de México 86, ahí vimos a Diego levantar la Copa luego de desplegar su repertorio, mágico y tramposo al mismo tiempo, cualidades ambas pertenecientes a los dioses. He apostado por la albiceleste y no le ha ido muy bien en los últimos mundiales, llegan ahora a Alemania como acostumbra: con un equipo de mucho respeto, el único quizá con la medida adecuada para derrotar al favorito Brasil.