Levine

Monday, July 25, 2005

Los propósitos de Rafa

Tiro Libre
Gregorio Jácome Moreno

En el fútbol lo más vistoso son los goles, son la diferencia para ganar los partidos, cuando el gol, el invitado de honor hace acto de presencia las tribunas se estremecen en desenfrenado frenesí. Sin embargo, la defensa también es parte fundamental del juego, una prodigiosa barrida al borde del área puede ser decisiva en el marcador, el lance salvador del portero, o ni se digan aquellas estiradas de pierna que impiden que el balón rebase la línea de meta en toda su circunferencia, dichas jugadas postergan el gol, lo aplazan, y también suelen ser festejadas por la multitud que puebla los estadios.

La defensa requiere de una atención especial, así como se planean sobre el pizarrón las jugadas ofensivas, el sector defensivo también obedece a tácticas especificas para su mejor desenvolvimiento, ya sea en formación de cuatro o de cinco, la sincronía en la línea de atrás debe de ser casi perfecta durante los noventa minutos. Esto lo sabe bien el jugador mexicano Rafael Márquez quien esta a punto de iniciar su tercera temporada con el club Barcelona, actual campeón de España y protagonista obligatorio del fútbol mundial.

La estancia en Europa de Rafa Márquez ha sido buena en cuanto a resultados, ya ha sido campeón con sus dos equipos, Mónaco en 2000 y Barcelona en 2005. Se le han visto buenos goles, de cabeza la mayoría. Con Barcelona por ejemplo, ha venido de menos a mas, ganándose un puesto en medio de la constelación de estrellas que viven en el cielo blaugrana. Primero como defensa central, el puesto original de Márquez y luego habilitado por RijKaard en la media de contención, en donde ha entregado buenas cuentas a pesar de que, lo sabemos bien, no alcanza la dimensión de juego que tenía Josep Guardiola, aquél jugador de amplia trayectoria con el club catalán.

De toda esta experiencia lo mejor de todo es el nivel de juego que ha alcanzado Rafa Márquez, ha desarrollado el sentido de ubicación, ha explotado su buen toque cuando se trata de pasar el balón más de treinta metros, nunca rompe y sale con la pelota dominada, cabecea muy bien. Sin embargo hay errores que aun debe de corregir: en los juegos importantes no se puede hacer expulsar de forma inocente, como ocurrió en el mundial contra Estados Unidos y recientemente en la Confederaciones contra Argentina. Supliendo esos detalles podremos hablar de Márquez como un jugador completo.

Como cada inició de año o de temporada, los equipos y los jugadores hacen sus propósitos y hacia allí dirigen sus esfuerzos. El de Rafa Márquez en particular y el de Barcelona en lo general es muy claro: ganar la Champion´s League. Es natural, conquistada ya la liga española en el 2005, ahora el objetivo a seguir es proclamarse campeón de Europa, cierto, la Champion´s es un título codiciado que no debe faltar en ningún palmarés de aquellos jugadores que se dicen los mejores.

“Para la próxima temporada es un propósito de todos buscar la Champion´s” declaró Márquez en una entrevista durante la Copa Confederaciones. Por lo que se ve en Barcelona todavía quedan resacas de aquella derrota en octavos de final contra el Chelsea en Stamford Bridge, partido que por cierto no pudo jugar Márquez.

El equipo catalán tiene todo para que se le augure una buena temporada. Rafael Márquez crecerá en lo futbolístico de cara al mundial de Alemania. Como no hacerlo si jugará semana tras semana contra los mejores equipos de Europa, y lo mejor es que lo estará haciendo al lado de jugadores como Iniesta y Deco, Eto y Ronaldinho. La ilusión por conquistar la Champion´s esta latente en el puerto catalán en donde aun se recuerda aquel equipo de ensueño que bajo las ordenes de Cruyff levanto la Copa de Europa en el mítico estadio de Wembley en 1992.

Wednesday, July 13, 2005

Un crack mexicano

Tiro Libre
Gregorio Jácome Moreno

“Y un buen día, la diosa del viento besa el pie del hombre, el maltratado, el despreciado pie, y de ese beso nace el ídolo del fútbol” Eduardo Galeano

Que el hombre no es acaso una consecuencia de casualidades que se van sucediendo una a una en el transcurso de su precaria existencia. Cuanta distancia separa a una posibilidad de un acontecimiento consumado. En que línea del tiempo, en que espacio se encuentra el hubiera ocurriendo como un hecho real. El hubiera, siempre el hubiera.

Semejantes interrogantes se entrecruzan con la lectura del libro “Un crack mexicano, Alberto Onofre” de Agustín del Moral Tejeda. Una historia que se ocupa de la biografía, sinónimo de frustración, del mejor medio creativo que ha nacido en nuestro país. Jugador de excepción, maestro del empeine, Onofre es aquél joven prodigio de Chivas que sufrió una fractura de tibia y peroné a solo tres días de la inauguración del mundial “México 70”. Destinado a ser la gran figura de la selección en la justa mundialista, aquella fractura termino con las ilusiones de todo un país y con la carrera de un joven que se quedo en promesa. Dicen quienes lo vieron jugar que en la media cancha era una especie de Tomás Boy y Benjamín Galindo reunidos en una sola persona.

Agustín del Moral utiliza la primera persona en su narración, como si el propio Onofre estuviera contando su vida en retrospectiva. Algo extraño sucede con los cracks que sus inicios en el fútbol siempre tienen mucho de sufrimiento, la infancia de Maradona en Villa Fiorito, la niñez de los futuros astros en las fabelas brasileñas. Onofre es el quinto de diez hermanos, su padre un tornero que trabajaba por cuenta propia en la colonia El Fresno, un suburbio al sur de Guadalajara en donde el desarrollo urbano era precario y se podía jugar al fútbol en cualquier terreno baldío. La desdicha ocurría en casa de los Onofre cada vez que Alberto regresaba de jugar, su padre lo golpeaba con las bandas del torno, situación que no mermo el empeño del muchacho de algún día de jugar en el equipo “campeonísimo” de sus ídolos.

Su proceso de iniciación sucedió de manera normal: juveniles, reservas profesionales y equipo grande. Onofre debuto en primera división gracias a que las Chivas de Guadalajara eran la base de la selección que fue a Inglaterra en 1966. A partir de ahí no dejo la titularidad del “rebaño sagrado” y luego de ser nombrado el novato del año fue convocado a la selección que ganó la medalla de oro en los juegos panamericanos de Winnipeg en 1967. Aunque no participó en la selección olímpica del 68, su nivel de juego aumento el año siguiente y se convirtió en pieza fundamental para que Guadalajara se coronara campeón en 1969. La convocatoria a la selección mundialista del 70 fue automática.

Al concluir la temporada 1969 cuando todos hablaban de Onofre como el mejor jugador de la temporada la pluma sensata de Ignacio Matus asentó: “Para ser sincero y hablar con realidad, le colocaría el titulo del “futbolista más prometedor”, el que enseña facultades para llegar al nivel de los mejores jugadores que el fútbol mexicano ha tenido, el que nos ha hecho renacer las esperanzas de contar en un plazo perentorio con un jugador de serie.”

Los jugadores se concentraron cinco meses antes del mundial bajo las ordenes de Raúl Cárdenas, eran entrenamientos que iniciaban a las siete de la mañana con la exigencia que el mundial ameritaba. Onofre era el punto de referencia, tenía por fuerza que tocar todos los balones que salían de la defensa y entregarlos, con ventaja, a los delanteros. El esquema táctico ofensivo de Cárdenas giraba entorno a su juego de líder indiscutible.

De pronto, ocurrió la tragedia y todo México se paralizó al saber la noticia: Onofre se había fracturado y era imposible que jugara el mundial. La tragedia sucedió en el centro de capacitación, a tres días de inauguración contra la Unión Soviética, a unos cuantos minutos de que terminara el último interescuadras. Onofre y Juan Manuel Alejándrez, medio del contención de Cruz Azul y seleccionado nacional disputaron un balón dividido, el pasto estaba húmedo, Onofre resbaló, llegó a la jugada sin fuerza y el choque produjo que el tobillo izquierdo se le doblara hasta casi topar con el suelo.

Cuando la ambulancia llegó al hospital escoltada por patrullas, el doctor Pérez Teuffer le pidió a Onofre que se quitará la camisa de la selección y se pusiera una bata, el jugador se negó y portó la camiseta verde durante la cirugía con gran espíritu patriótico. Desde el actor “Clavillazo” hasta el Gobernador de Jalisco acudieron a darle ánimos a Onofre. Del Moral Tejeda cuenta que aquella aciaga tarde se encerró en su habitación y arrojado en la cama sucumbió a un llanto inconsolable, esa escena se reprodujo en millones de hogares mexicanos.

La prensa mexicana se ocupo de la noticia. Antonio Andere comentó: “Se había erigido en el mariscal, en el orquestador del seleccionado. Y en torno a él florecieron las más caras esperanzas”. Flavio Zavala ,por su parte, escribió: “Muy pronto se sintió cómodo vistiendo la camiseta nacional. Cómodo y suficiente, hasta constituirse en un jugador clave dentro del andamiaje táctico de equipo”. Y Manuel Seyde describió la tragedia como una ausencia irreparable: “Por fin le abrieron una pequeña puerta a Onofre y éste se instaló desde luego como el hombre de la media cancha: distribución, penetración, audacia, imaginación, dominio del terreno, etc;…Y como era el eje de un equipo en donde no existe eje, ni líder, ni hombre clave, tenía que atravesarse, repentinamente, una fractura en un entrenamiento”.

Actualmente Onofre no tiene ninguna relación con las Chivas ni con el fútbol, vive del torno, la antigua empresa familiar. Alejándrez tampoco jugó el mundial, no pudo reponerse moralmente y termino pronto su carrera futbolística, al igual que Onofre vive en Guadalajara: “En una que otra vez hemos coincidido en los partidos de veteranos, dice Onofre, nos saludamos, platicamos un par de minutos y hasta la próxima. Por supuesto, nunca hemos hablado de aquella tarde, al menos yo no tengo la intención de hacerlo, ¿para qué?”.

Agustín del Moral siente una preferencia por los vencidos y se pregunta por que no escogió biografiar la vida de un triunfador. Por ejemplo, la del goleador Enrique Borja o la de Ignacio “El cuate” Calderón, portero titular de la selección, campeón con Guadalajara y galán de fotonovelas. Pero no. Decidió por Alberto Onofre, una gloria fallida del fútbol mexicano quien, según dice:”El fútbol fue un momento de mi vida. Un momento importante, pero sólo un momento. Me hubiera gustado llegar más lejos, pero no se pudo. Por otro lado, creo que en la vida hay otras cosas tan o más importantes que el fútbol.



Un crack mexicano, Alberto Onofre
Agustín del Moral Tejeda
Universidad Veracruzana, 2003, 152 p.

Thursday, July 07, 2005

Transferencias

Tiro Libre

Gregorio Jácome Moreno

Vive en el error quien cree que la abolición de la esclavitud en México fue obra y gracia de Miguel Hidalgo. Durante casi tres siglos en que gobernaron los virreyes e incluso antes de la conquista, la trata de hombres y mujeres fue tan cotidiana como ahora es la venta de mascotas. Dicha practica, decía, no concluyó con aquella proclamación del cura de Dolores, sino que se extendió en el siglo XIX en las llamadas Haciendas, en las que un cacique mantenía a su servicio a cientos de hombres sin ninguna clase de derechos, a manera de los hombres feudales de la edad media.

En la era de la postmodernidad aún podemos advertir como se recicla la venta de hombres. Niños, niñas y jóvenes destinadas a la prostitución son vendidos en los mercados negros. El fútbol también es una variante de la esclavitud, durante los intervalos que separan a un torneo de otro, las directivas refuerzan sus líneas para afrontar mejor el porvenir, solo que a diferencia de los negocios clandestinos, en la venta y compra de jugadores se convoca a la prensa y las negociaciones quedan debidamente asentadas en la federación.

El futbolista profesional es un esclavo de lujo que se mueve en autos último modelo, viaja en avión y se concentra en los mejores hoteles. Ello a cambio de defender a muerte los colores de un club y de hacer posible los sueños postergados de sus seguidores, y por supuesto, de percibir un salario mas que decoroso. A nadie le caería mal un contrato como el de Zidane o Ronaldo, que a cambio de sus servicios y del manejo comercial de su imagen, firman un papel que indica que percibirán unos cuantos millones de euros al año, lo malo es que no cualquiera puede ser Zidane o Ronaldo.

El último draft del fútbol mexicano tuvo lugar en Pachuca. A la casa de los tuzos llegaron los directivos con las carteras abiertas, pese a que la mayoría de las negociaciones ya estaban pactadas de manera previa. Aquí es en donde el jugador no interviene, de pronto le avisan que ya no es requerido en su club y que ahora su carta pertenece a otro equipo, o bien, que sus servicios ya no fueron solicitados en ningún lado. Con tal de continuar activo el jugador se contrata aunque sea en primera A. Otro detalle, la falta de trabajo en fuerzas básicas obliga a que los representantes y asesores deportivos traigan a cualquier sudamericano a reforzar al equipo. De tantos extranjeros que han venido al fútbol mexicano en los últimos años, solo seis valen en verdad la pena y por cierto cinco ya están naturalizados.

Es más que retórica ponerse a defender los derechos de los jugadores, al momento de que el silbato anuncia el inicio del drama lo que menos le importa al aficionado es hacer la operación costo - productividad. No nos cuesta en lo absoluto disociar el mundo de las transacciones con lo que sucede a ras de pasto, el único lugar posible en que lo inesperado se vuelve real.