Otro mexicano en Vélez

Tiro Libre
Gregorio Jácome Moreno

El Atlas es una cantera de jugadores por excelencia, sus fuerzas básicas trabajan de maravilla a pesar de que su equipo grande no ha ganado nada en los últimos sesenta años. De las filiales atlistas han salido jóvenes revelación que al paso de los años se vuelven jugadores más o menos de un nivel aceptable. A la organización le sucede lo que a Pumas hace algún tiempo, salían y salían jugadores promesas pero no cuajaban en el primer equipo porque eran vendidos a clubes “más grandes”, de hecho ese es el verdadero negocio del Atlas, un club altamente capitalista muy a pesar de los colores proletarios de su camiseta.

De la cantera rojinegra son egresados, por ejemplo, Oswaldo Sánchez, Jared Borguetti, Pavel Pardo, y ahora el joven Guardado que cada vez más da muestras de mejoría con el Atlas y la Selección y que no lo dejaron irse a Madrid porque no le llegaron al precio. Recuerdo además ese equipo de Atlas de finales de los noventa que jugaban endemoniadamente vertical. Eran dirigidos por Ricardo Lavolpe y ahí estaban, entre otros, Rafa Márquez, Osorno, Zepeda y Mario Méndez que ahora viste la camiseta del Vélez Sarfield.

Es un lateral nato habilitado a veces como volante, como decía, salió de Atlas y recientemente jugó en Tigres. Pupilo de Lavolpe fue convocado a jugar el Mundial de Alemania donde tuvo una actuación discreta pero efectiva. No son muchos los jugadores que exporta nuestro futbol y menos a Argentina, sin embargo, Mario Méndez no es el primer nacional que defiende la camiseta blanquiazul de Vélez, antes que él otro mexicano lo hizo con eficacia. Es el mejor futbolista mexicano de todos los tiempos según las autorizadas opiniones de los adultos de la tercera edad.

Los arqueólogos estudiosos de la prehistoria de nuestro futbol tienen muy preciso el dato de que el jarocho Luis de la Fuente alias “El Pirata” antes de lograr los dos últimos campeonatos de la historia del Veracruz (1945-1946 y 1949-1950) jugó para el equipo del barrio de Liniers de 1940 al 42.

El Pirata, dicen, era un crack en toda la extensión de la palabra, dominaba el centro del campo con autoridad de militar, manejaba ambos perfiles según lo requería el avance y tenía un efectivo remate de cabeza. Jugó un tiempo, hasta que la guerra civil española se lo permitió, para el Racing de Santader. El Pirata es el único jugador mexicano que puede presumir que ha jugado en equipos españoles y argentinos.

Su época no fue la del futbol como negocio, se jugaba por brindar espectáculo, por el mero placer de jugar. Naturalmente sus traspasos de un equipo a otro no fueron millonarios y el murió pobre en un barrio del puerto en 1972.

En fin, sirva la presencia de Méndez, otro logro de la cantera atlista, en Vélez para recordar al Pirata Fuente, que alguna vez fuera el mejor futbolista mexicano, dicen los viejos, el mejor.