Tuzos orgánicos

Tiro Libre

Gregorio Jácome Moreno

El sociólogo y psicólogo británico Herbert Spencer concebía a las sociedades como organismos biológicos que crecían y se reproducían como si fueran entes vivientes a gran escala. Para ello se necesitaba que cada parte trabajase a la perfección cumpliendo con cabalidad su rol dentro de la sociedad. Estas son las bases del estructuralismo de Levi Strauss y del funcionalismo de Radcliffe Brown.

Solo recurriendo a la tesis spenceriana podemos entender con cabalidad lo que ocurre hoy en día con el club de futbol Pachuca. Líder del clausura 2007, mejor equipo jugando como local y mejor visitante, más goles anotados y menos recibidos. Nunca se había visto semejante hegemonía de un club en los torneos cortos.

Por si fuera poco Pachuca es actual campeón de la Sudamericana donde venció en propia casa al cacique Colo Colo. No conforme, los tuzos ganaron también la CONCACAF en dramáticos penales para reafirmar que hoy por hoy son un club a la altura de los grandes del continente.

Si nos quedáramos con estas cifras tan solo estamos viendo la punta del iceberg de los que es una Institución orgánica que trabaja en todos sus frentes, no con filosofía empresarial barata, sino con una amplia concepción de lo que representa el futbol como detonador social.

Recordaras que alguna vez los tuzos se fueron a segunda, lejos de lamentarse y echarle culpas a los árbitros o al sistema, se pusieron a fraguar un proyecto a largo plazo cuyo simbolismo se apreció al poner la primera piedra del estadio “Hidalgo”, un inmueble considerado el mejor de México, con una galería de triunfos incluida, cuyas vitrinas se van llenando de Copas paulatinamente.

No son trofeos casuales de un torneo corto, es una inversión a largo plazo. Su presidente el veracruzano Jesús Martínez concibe al futbol como un todo complejo. Los tuzos siempre están haciendo cosas. Un día se le ocurre hacer una Universidad única en su tipo, otro organiza un Congreso convocando a las figuras internacionales del futbol y otro se les ve regalando juguetes a los niños pobres: han crecido también en lo moral y en lo social, tal como lo sugería el evolucionista social Spencer.

La organización Tuza es verdaderamente un club donde se respira camaradería, sus jugadores juegan alegres, pues de hecho son el reflejo de una institución cuyos sueños no tienen límites: aspiran a ganar el próximo mundial de clubes en Japón.

Así se esta fraguando su historia, si siguen por ese camino no tardará el tiempo en que se encuentren dentro de los grandes. En México ya lo son.