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Thursday, July 07, 2005

Transferencias

Tiro Libre

Gregorio Jácome Moreno

Vive en el error quien cree que la abolición de la esclavitud en México fue obra y gracia de Miguel Hidalgo. Durante casi tres siglos en que gobernaron los virreyes e incluso antes de la conquista, la trata de hombres y mujeres fue tan cotidiana como ahora es la venta de mascotas. Dicha practica, decía, no concluyó con aquella proclamación del cura de Dolores, sino que se extendió en el siglo XIX en las llamadas Haciendas, en las que un cacique mantenía a su servicio a cientos de hombres sin ninguna clase de derechos, a manera de los hombres feudales de la edad media.

En la era de la postmodernidad aún podemos advertir como se recicla la venta de hombres. Niños, niñas y jóvenes destinadas a la prostitución son vendidos en los mercados negros. El fútbol también es una variante de la esclavitud, durante los intervalos que separan a un torneo de otro, las directivas refuerzan sus líneas para afrontar mejor el porvenir, solo que a diferencia de los negocios clandestinos, en la venta y compra de jugadores se convoca a la prensa y las negociaciones quedan debidamente asentadas en la federación.

El futbolista profesional es un esclavo de lujo que se mueve en autos último modelo, viaja en avión y se concentra en los mejores hoteles. Ello a cambio de defender a muerte los colores de un club y de hacer posible los sueños postergados de sus seguidores, y por supuesto, de percibir un salario mas que decoroso. A nadie le caería mal un contrato como el de Zidane o Ronaldo, que a cambio de sus servicios y del manejo comercial de su imagen, firman un papel que indica que percibirán unos cuantos millones de euros al año, lo malo es que no cualquiera puede ser Zidane o Ronaldo.

El último draft del fútbol mexicano tuvo lugar en Pachuca. A la casa de los tuzos llegaron los directivos con las carteras abiertas, pese a que la mayoría de las negociaciones ya estaban pactadas de manera previa. Aquí es en donde el jugador no interviene, de pronto le avisan que ya no es requerido en su club y que ahora su carta pertenece a otro equipo, o bien, que sus servicios ya no fueron solicitados en ningún lado. Con tal de continuar activo el jugador se contrata aunque sea en primera A. Otro detalle, la falta de trabajo en fuerzas básicas obliga a que los representantes y asesores deportivos traigan a cualquier sudamericano a reforzar al equipo. De tantos extranjeros que han venido al fútbol mexicano en los últimos años, solo seis valen en verdad la pena y por cierto cinco ya están naturalizados.

Es más que retórica ponerse a defender los derechos de los jugadores, al momento de que el silbato anuncia el inicio del drama lo que menos le importa al aficionado es hacer la operación costo - productividad. No nos cuesta en lo absoluto disociar el mundo de las transacciones con lo que sucede a ras de pasto, el único lugar posible en que lo inesperado se vuelve real.