Levine

Thursday, May 19, 2005

Barcelona

Tiro Libre
Gregorio Jácome Moreno

Un equipo no puede salir campeón todas las temporadas, eso lo sabemos bien. Sin embargo, hay ligas en que los títulos solo cambian de mano entre los mismos equipos. En el fútbol argentino, por ejemplo, la gente siempre apuesta a favor de Boca y River, aunque puede que se de la sorpresa y Rosario salga campeón. En Holanda es rara la temporada en que PSV o Ajax no levanten el título. El scudetto italiano pocas veces sale de las ciudades de Milán, Roma y Turín. Aunque Chelsea es el actual campeón Manchester siempre es referente en la premier. Y así por el estilo. Desconozco las ligas de Africa y Asia, pero supongo que siempre habrá un equipo en cada liga que funge a manera de cacique como poderoso potentado. Cuando Bayer Munich no queda en primer lugar de la bundes es que algo raro ocurrió en fútbol alemán.

En España se venía dando un fenómeno que contradecía a la regla y a la opinión de los expertos. Ni Madrid ni Barcelona habían ganado el campeonato local en los últimos años. En la liga de las estrellas que solo juegan en estos dos equipos, Valencia y el Deportivo habían roto con la hegemonía de los grandes. Pero en este 2005 las aguas han vuelto a su cauce y Barcelona, luego de seis temporadas, volvió a cantar el alirón que lo proclama como campeón, después de un sufrido cierre en el que cualquier descuido el título les podía ser arrebatado por Real Madrid, su enemigo público número uno.

La luz volvió a la ciudad de Gaudí. Serrat canta el himno del Barcelona de cara al mediterráneo y a Villa Matas le llueve inspiración para escribir su enésima novela. La ciudad catalana salió a las calles a recibir a sus héroes, que a la usanza las recorrieron en un autobús descubierto, mientras abajo las multitudes enfundadas en colores azulgrana, vitoreaban a sus ídolos sonrientes. El festejo se extendió hasta el Nou Camp y no a la plaza Sant Jaume como era la costumbre. En ese recinto sagrado la directiva, cuerpo técnico y jugadores agradecieron a la afición el apoyo, como refrendando el vínculo de que Barcelona será siempre más que un equipo.

Parece que a Barcelona le asienta bien la presencia holandesa dentro del cuerpo técnico, no así dentro de la cancha. Cuando a finales de los noventa y principios de este siglo el equipo catalán estaba plagado de turistas holandeses era decepción temporada taras temporada. En cambio, la figura de Cruyff se instala en lo más alto del Nou Camp cada vez que se evoca aquél equipo de ensueño de principios de la década de los noventa que dirigió con acierto. Rijkaard hasta antes de esta temporada era un técnico novato que nunca había ganado nada. La critica española veía de medio lado la presencia de este tulipán negro al frente del equipo azulgrana. Fue cuando el holandés dio muestras de humildad y de trabajo. No se desespero cuando perdió por lesión a Gabri y a Motta, y optó por soluciones practicas: incorporo a Oleguer y a Márquez lo habilito en la media cancha. Recalco el factor humildad de Rijkaard, esa que a muchos equipos del rumbo les hace falta.

Otro factor importante en la consecución de este campeonato es esa dupla de miedo que Barcelona tiene como delanteros. Ronaldhino y Eto, juegan arriba a su libre albedrío, lo cual los hace impredecibles ante los defensas. El brasileño es un genio de la gambeta, toca el balón con la suela del zapato, y hace una jugada poética por partido. El camerunés, por su parte, aunque no juega con la alegría del brasileño, posee la velocidad de un leopardo con dotes de definición. El temple lo aportan Iniesta y Deco, no paran de correr en todo el partido y surten de balones a sus dos letales delanteros. En la defensa Rijkaard cuenta con la fuerza y la constancia de un hombre venido de la selva el cual sin duda Edgar Rice Burroughs hubiera tomado como modelo para escribir su novela: el tarzán Puyol es sinónimo de entrega en cada partido.

Es la primera alegría del club en este siglo y la ciudad de Barcelona desparrama euforia. Para quien lo ve de fuera, puede que se le haga un espectáculo absurdo y sin sentido. Para los catalanes obtener el título por arriba de su oponente merengue lo es absolutamente todo.