Levine

Monday, October 10, 2005

Naturalizados

Tiro Libre
Gregorio Jácome Moreno

Como nunca antes en el futbol han proliferado los jugadores extranjeros que deciden adoptar a México como su patria, transterrados o desarraigados de su lugar de origen, la discusión de fondo sobre este tema tiene implicaciones antropológicas que nos llevan a discutir el problema de las identidades regionales en un mundo globalizado.

Pero para el futbol las cosas son más sencillas, un jugador se naturaliza no porque ame a México, ni porque se sienta identificado con su historia y cultura que desconoce, ni porque se familiarice con las instituciones públicas, ni porque su léxico sea rico en modismos, la razón es muy sencilla: el jugador que se naturaliza mexicano es porque quiere estar en la selección y aspira jugar un mundial.

Casos concretos Zinha y Guillermo Franco que han sido convocados por Lavolpe a la selección. La decisión es clara, en Brasil y Argentina que tienen jugadores de selección nacional por todo el mundo, ambos jugadores jamás iban a ser convocados, por tanto encuentran acomodo en una selección menor como la de México.

Son los dos muy buenos jugadores, el Guille es un goleador con olfato, Zinha en cambio es talentoso, aunque me inclino por concederle ese lugar al también naturalizado mexicano Walter Gaytán, que no será convocado porque Zinha ya viene trabajando con Lavolpe desde cuando este era técnico en Toluca.

Lo que si es seguro es que cuando estos dos jugadores se vistan de verde, darán lo mejor de sí para aportar al equipo, se les exigirá un poco más que a los demás y deberán responder al reclamó de la opinión pública, quien todavía no los ve como iguales.

Persiste la pregunta, ¿Qué no hay jugadores mexicanos capaces de ocupar estos lugares en la selección mayor?. La respuesta es triste: no. Lavolpe quiere llevar un buen equipo a Alemania y hasta ahora los mexicanos puros no han demostrado competitivad en las categorías mayores.

Sirva el ejemplo de la Sub 17, Jesús Ramírez lejos de hacer un equipo conformó una hermandad, confiados en su trabajo salieron de México a Perú con la convicción de ser campeones del mundo y lo lograron, eso se llama compromiso.

Presiento que para el Mundial 2010 no habrá necesidad de recurrir a los naturalizados, ya vimos que hay mucho talento y mentalidad ganadora forjándose en las canteras de los clubes. Pierden su tiempo aquellos extranjeros que con el solo interés de jugar en la selección piensen naturalizarse mexicanos formándose en la fila de trámites respectiva de la Secretaría de Gobernación.