Levine

Saturday, October 01, 2005

La mano que mece el nido

Tiro Libre
Gregorio Jácome Moreno

En el Apertura 2005 América lleva un paso impresionante, gana partidos de local y visitante, empata con equipos incómodos como Chivas y Monarcas. El equipo de Coapa es el actual campeón del futbol mexicano, es campeón de campeones, esta jugando la copa sudamericana y suma 26 juegos si perder.

¿Es este todo un camino de virtud del entrenador Mario Carrillo?. Sí y no. Quien en verdad es el estratega americanista, dicen, no es Mario Carrillo, sino Manuel Lapuente, el hombre de la boina que transmite las instrucciones técnicas desde un palco apoyado de un ordenador inalámbrico.

Ello es normal. Cada equipo tiene el derecho de contratar a los asesores deportivos que quiera. En el Milán sucede algo parecido, en el equipo que aparentemente dirige Carlo Ancelotti quien en verdad hace los cambios al mediotiempo es Silvio Berlusconi, el dueño del club. Lo malo es que Lapuente le esta haciendo un mal a su alumno: Carrillo pasara a la historia como un entrenador que no es autosuficiente desde la banca.

En lo futbolístico en el esquema de Lapuente no existe medio cancha, juega con siete defensas y tres delanteros, con tres fijos atrás, carrileros por ambos lados, Pavel Pardo y Villa de contenciones y tres en punta que son letales en el contragolpe.

Manuel Lapuente es viejo conocido de la empresa, dirigió e hizo campeón más de una vez al Necaxa en la década de los noventa. Muy buen equipo era aquel con Ivo Basay, Aguinaga, García Aspe, Peláez, Ratón Zarate, Nacho Ambriz. Era un equipo que se inspiraba en el silencio para ganar campeonatos: jugaban ante veinte personas en el Azteca con capacidad para ciento diez mil.

El consorcio de Emilio Azcarrága no ha escatimado recursos para apoyar al hijo consentido. Mientras Necaxa y San Luis padecen penurias América tiene un equipo sobrepoblado de estrellas que se da el lujo en algunos partidos de dejar en la banca a Kleber, Irenio y a Cuauhtémoc.

Para ser legítimo en el futbol no se deben admitir las suspicacias. Y es que resulta que los errores arbitrales le favorecen muy seguido al América. En un deporte de apreciación puede haber equivocaciones, pero no tantas a favor del mismo equipo y lo peor es que inciden directamente en el marcador.

Creo que el América a como esta jugando no necesita el apoyo de los árbitros ni de la Virgen de Guadalupe ni
de nadie para ganar partidos. En este torneo de contrastes solo Cruz Azul le puede arrebatar el título. Por lo demás el equipo de las vanidades aspira con fuerza al bicampeonato mientras no pierdan el piso y sigan jugando muy bien al futbol respetando las instrucciones por transmisor de la mano que esta meciendo el nido.