Levine

Sunday, December 05, 2004

Gobernar desde la complejidad*

Gregorio Jácome Moreno

¿Qué paradójicamente están siendo rebasadas las circunstancias políticas por la pluralidad y la complejida democrática que nuestras mismas descisiones crearon tras largos periodos de difíciles reformas y consensos?. Las respuestas de orden y coordinación que se demandan tanto al gobierno como a los sectores organizados de la sociedad ante este nuevo contexto de reglas son urgentes, para no segurinos perdiendo en el precipicio de la balcanización del poder y que la inacción no termine por traducirse en una “democracia defectiva”, esto es, un sistema en donde la población comienza a dejar de comprometerse y cooperar con los espacios formales de la política.

Todo comienzo de sexenio, como el que a partir de mañana inicia en Veracruz, representa la construcción de un nuevo esquema de poder, inédito en el Estado, que naturalmente conlleva riesgos y a la vez sentido de resposabilidad histórica para que se generen los acuerdos estratégicos que originen estabilidad política, y como consecuencia, permitan consensos en la implementación de políticas públicas adecuadas.

Esto implica que también sepamos distinguir entre las acciones a corto, mediano y largo plazo a efecto de redimensionarel radio de cobertura y dar también un orden de atención más manejable a todas aquellas demandas que reclaman solución pronta. Requerimos entonces pasar de la presión de la competencia – que busca siempre la pequeña ganancia coyuntural – hacia el imperativo de coincidencias que privilegien el compromiso con base en líneas programáticas y metas temporales acompañadas de campañas permanentes de difusión mediática.

Un primer desafío por dotarnos de un esquema de gobernabilidad está asociado con poseer un auténtico gobierno de gabinete, en donde, a pesar de la extracción plural de sus integrantes, se muestren condiciones de mayor rendimiento dentro de cada dependencia, sosteniendo la lógica que implica el mantenimiento de un gobierno que aproveche adecuadamente sus facultades jurídicas y que, al mismo tiempo contribuyan al acomodo y la función que deben compartir con otras dependencias así como con las instancias legislativa y judicial para hablar de auténtico equlibrio y complementación funcional entre las instituciones de la administración pública.

Ya que menciono al poder legislativo, este será un factor importante dentro del esquema de gobernabilidad del siguiente sexenio, o por lo menos los primeros tres años. Como nunca antes no existe mayoría relativa en la composición del Congreso del Estado, el Presidente actual y el secretario de la LX legislatura pertenecen a un partido político diferente al del gobernador electo, que el día de mañana asumirá funciones. Sí, el poder legislativo debe dirigirse hacia una política de coaliciones, alianzas visbles y estables. Esto es un elemento importante para la definición de acuerdo en materias centrales como la del presupuesto y la hacienda pública. Para lograrlo también se requiere la amdurez del Ejecutivo para evitar un contexto de colisión que se traduzca en vetos y confrontaciones.

Los retos de la gobernabilidad en Veracruz obligan entonces a una valorización profunda de lo que pretendemos como sistema político y como Estado. Los tiempos exigen a los gobernantes a responder y ubicarse sin demora en el marco de la complejidad surgida de los resultados electorales recientes.

*Artículo publicado en Crónica de Xalapa, Martes 30 de Noviembre

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