Levine

Friday, July 07, 2006

Francia vs Italia


Tiro Libre Mundialista
Gregorio Jácome Moreno

El futbol, lo hemos dicho, es impredecible. A la FIFA no le salieron los pronósticos y los nombres de los invitados a Berlín son ajenos a los que tenía en el libreto. A Italia se supone que lo tenía que echar fuera Alemania y Francia tenía que perder con Brasil. No fue así. Los duendecillos de la hierba se aparecieron para hacer sus travesuras. Galos y romanos protagonizaran este domingo una nueva edición de una gesta histórica en lo que promete ser una batalla de épica en tierra bávara.

Italia congeló a toda una nación que después del partido se negaba a resignarse a la derrota. Los últimos dos minutos Italia dijo adiós a toda una tradición de juego tacaño, la selección que idealizo el "catenaccio" como un "modus vivendi" variante estilizada del antifutbol, anotó dos goles de bella manufactura. Marcelo Lippi ha entendido que a gente como Gilardino, Luca Toni, Totti, Del Piero, Inzahgi y Pirlo no se les puede pedir que permanezcan arraigados atrás, su naturaleza ofensiva los predispone a buscar el área rival. No sé si sea exagerado decir que la resolución de mandar a la Juventus a la serie C del Calcio por corrupción sea una analogía simbólica del destierro para siempre del "catenaccio" azurri.

En el otro frente, desde que Francia mandó a casa a los consentidos de la FIFA vimos en los galos a un equipo con sólidas aspiraciones. Cada vez que Brasil se retira antes de tiempo de un Mundial la tierra tiembla, los franceses que parecen estar viviendo una segunda juventud lo hicieron posible. Ya he hablado del mago Zizou hasta el hartazgo, lo siento, honor a quien honor merece. Cuando entra al campo Zidane parece reunir las virtudes de toda Francia: tiene la claridad de Diderot, la gracia de Rabelais, la ironía de Voltaire, la trascendencia fenomenológica de Bergson, el misticismo de Proust, la visón de estado de De Gaulle y por si fuera poco rúbrica sus goles con la pluma de Cézanne.

Hay que decir también que el maestro no es nadie si no tiene balones. Francia tiene en la cintura a dos medios de recuperación que cualquiera envidiaría. No son franceses de nacimiento y sin embargo luchan con la enjundia del nacionalista más fanático. Vean con cuidado el trabajo de Makelele y Vieira, sin ellos el equipo de Domenech se vería tan seco y plano como un grupo de rock sin su bajista. Por otra parte, en la final no hay que perderse el duelo particular que promete ser de antología entre Cannavaro vs Henry.

No hubo advenedizos en la final. El desenlace de este Mundial ofrece dos potencias con artistas de lujo. No es fácil augurar un vencedor, en lo personal, este lunes me gustaría ver en las portadas de los periódicos del mundo a un Zidane sonriente levantando la Copa, un más que digno adiós para un genio de las canchas. La "escuadra azurra", vieja loba de mar, tiene la última palabra.

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