Levine

Monday, March 14, 2005

Tiro Libre

Del Clásico

Gregorio Jácome Moreno

Desde la época de Tena y Quirarte como centrales de América y Chivas, no habíamos visto un clásico, si no bien jugado, por lo menos emocionante. De un tiempo para acá ambos equipos nos habían regalado partidos de una espantosa mediocridad con lo futbolístico sucumbiendo a la tentación televisiva de toda la semana, pero en la cancha solo veíamos a los clubes exhibiendo más sus debilidades que sus potencialidades, y sobre todo, con la total ausencia de eso que hace llamarse clásico a un clásico: rivalidad.

Al principio los directores técnicos parecían especular, los goles de América abrieron el juego y las Chivas se lanzaron con todo al frente. Cuando el balón se entretiene lo menos posible en el medio campo se puede casi asegurar que estamos ante un ritmo de juego dinámico y vertical, sí, el 3-3 final fue consecuencia de ello.

La verdad es que chivas demostró más recursos futbolísticos, tienen mucha llegada por ambos costados, Palencia y el “Bofo” Bautista sirven de enlace en el centro y en punta dejan a Bravo, que aunque no todas las mete, mantiene un despliegue físico importante. En cambio la estrategia lapuentista de América ya esta muy trillada. Aguantar atrás y esperar el contragolpe, anotar un gol por casualidad y echarse todos a defender, encontrarse con un tiro de media distancia de Pavel o una genialidad de Cuauhtémoc. Ese planteamiento de partido ya todo mundo se lo sabe, y sin embargo, en términos de funcionalidad le sigue dando resultados, más ahora que las águilas sacaron del closet un arma nueva: la velocidad a campo abierto del “piojo” López.

Por otro lado, a veces no se entiende porque la dupla Carrillo – Lapuente que conocen muy bien al mejor de los suyos lo condenan a la poca transcendencia por la banda derecha. En efecto, en el Veracruz Cuauhtémoc Blanco se desplazaba libremente por toda la cancha y ahora con este América permanece casi encadenado al lado derecho, que aunque si bien es cierto que cuando tiene el balón en los pies el peligro es latente, podría dar mejores resultados si apareciera clavado como diez proyectando al frente a Kleber y al “piojo”. En el segundo tiempo a Blanco solo le recuerdo un centro que le puso a Villa, pero este, con la cabeza llena de piedras literalmente hablando, la mando por arriba estando a medio metro de la portería. Minutos después de ese error, chivas encontró al mejor Paco Palencia que se conoce, ese cuya mayor virtud no es la definir a gol sino la forma en se desmarca para hacerlo.

Lo único que no estuvo a tono con el juego fue la transmisión. Exceso mediático comercial a más no poder y en cuanto a la narración, a excepción de los apuntes de Nacho Trelles lo demás fue un desastre, limitado verbalmente como es, al “perro” Bermúdez no le queda otro recurso que gritar estupideces y poner apodos idiotas.

Con toda la imparcialidad posible me parece que Guadalajara mereció ganar, no les marcaron un penalti a favor del tamaño del Azteca, tuvieron muchas más opciones de gol que si no fuera por las intervenciones atinadas del joven portero Ochoa el balón hubiera terminado al fondo de la red, pero en el fútbol el hubiera tampoco existe. También creo que las aficiones de los dos equipos están satisfechas con el desempeño de los jugadores sobre el césped, ambos conjuntos demostraron entrega y sed de triunfo, virtudes que dejan un grato sabor de boca a cualquiera que sea aficionado a ese singular deporte llamado fútbol. Con el empate todos salieron ganando, pero claro, las directivas mucho más.